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En la selva hubo una época en la que se respiraba paz y tranquilidad, todos los animales convivían en completa armonía, pero como nada de lo bueno dura eso se acabó un día en que una manada de hienas atacó a unos antílopes en un abrevadero. Aprovecharon que el rey león estaba echando haciendo su siesta de costumbre. Pero ¿qué había motivado tal comportamiento? Nadie lo sabía a ciencia cierta. Algunos comentaban que posiblemente en el lugar donde vivían se habían agotado los recursos y se desplazaron en busca de alimento.
En otra de sus incursiones encontraron por casualidad la madriguera de unos lobos, en la que se hallaba un lobezno enfermo que fue presa fácil al estar sin la protección de la manada. Como las noticias volaban rápido por la selva, la novedad llegó a oídos del rey quien trató de poner orden y castigar a los responsables, sin embargo, estos huyeron a lo profundo de la selva. A partir de ese momento se inició una persecución de los lobos en busca de las hienas para hacer justicia por su propia cuenta, por lo que la paz del lugar quedó rota por completo..
Todos los animales herbívoros vivian en constante zozobra. Se habían infringido las reglas de convivencia, a pesar de que el rey hacía esfuerzos por retornar a la normalidad. Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento